En este lienzo se representa uno de los relatos del Génesis en el que, Jacob, el menor de los hijos gemelos de Isaac, engaña a su padre, ya ciego y moribundo, para recibir de éste su bendición haciéndole creer que es su hermano Esaú, el mayor y primogénito, único receptor legal de esta bendición, que ya le ha vendido su derecho de primogenitura por un plato de lentejas. Rebeca, la madre de ambos, a favor de Jacob por ser su hijo preferido y elegido de Dios, instiga a éste para que realice el engaño. Jacob se acerca al lecho de muerte de su padre, con el brazo envuelto en piel de cordero para que parezca el brazo del peludo Esaú. En el plano inferior izquierdo el guiso de caza que Esaú debía llevar a su padre antes de la bendición. La luz ilumina fundamentalmente las manos del anciano asiendo a Jacob por el brazo y las caras de éste y su madre, el resto del cuadro se encuentra en penumbra para acentuar aún más lo pecaminoso y malvado del tema principal. Seguramente Giordano copia la composición del lienzo de su maestro Ribera que se encuentra hoy en el Museo del Prado.